El orfebre venezolano, George Wittels, es reconocido por sus coronas de lujo creadas para organizaciones internacionales de belleza. Es también muy popular entre familias que encargan sus joyas lujosas para ocasiones especiales. Hace casi 30 años atrás, su carrera comenzó con el diseño de joyas para el famoso diseñador Ángel Sánchez; hoy, sus coronas han posado sobre la cabeza de las mujeres más hermosas del universo.
“Cuando me preguntan cómo defino mi trabajo, me da risa pues yo no siento que trabajo. Porque es algo que me apasiona.”
Inspirado en la necesidad de crear, George nos confiesa lo mucho que disfruta la creación puesto que comenzó como artista plástico; entonces su mayor satisfacción está en el proceso creativo y concebir un diseño a la realidad. También nos menciona lo agradecido que está al contar con todo un equipo de trabajo en el que se apoya para elaborar sus piezas.
Herencia y preparación tras las coronas de lujo
Las artes plásticas no son el único trasfondo de las joyas de George Wittels. También está su grado como ingeniero además de su preparación académica como orfebre gemólogo. Como si fuera poco, Wittels nos cuenta que su padre se dedicó a hacer vestidos de novia, mientras que su madre lo respaldó en el negocio:
“Mi papá fundó un atelier de novias y en un momento fue como una fábrica de novias; vestía como 80% de las novias en la ciudad”
Además agrega que “en muchos países latinoamericanos, las coronas son el principal objeto de los concursos de belleza; el que anhela cualquier joven que vaya a competir”. Quizá ese anhelo se transporta a las novias latinoamericanas, quienes aprovechan la ocasión para lucir una corona el día de su boda. Por supuesto, la firma George Wittels tiene atención especializada para requerimientos de novias y diseñadores de moda; quienes figuran con un número importante entre su clientela.
Siguiendo el negocio de su padre, George y su hermano dirigen actualmente un ajuar de novia en la ciudad de Caracas. Velvet Latinoamérica quiso saber cuál es la corona más ostentosa y de mayor costo que ha producido, pero el artista prefiere conservar los detalles sobre la afortunada familia en el anonimato.
La creación de una corona
Tras ilustrar el diseño, la corona pasa por varios procesos: Comenzando por el vaciado, la cual es la pieza con los elementos que la conformarán. Luego se arma, se suelda y después se baña antes de incrustar las piedras. “Esto es un proceso que puede durar semanas, así como cuando tenemos algunos ‘pre diseñados’ es posible terminarla en dos días y se hacen en serie”. Nos cuenta Wittels.
Por supuesto, resulta inevitable pensar en las piedras que pueden llegar a vestir una corona. Por lo que fue inevitable preguntar de dónde provienen las pequeñas joyas; a los que nuestro orfebre y autor del libro “Yo Mesías” nos responde:
“Las joyas provienen de muchas partes. Yo viajo mucho y donde veo algo que me guste, que me provoque o siento que me pueda inspirar; lo compro. Pero principalmente en ferias de Europa, Asia y los Estados Unidos. Hay ciertas ferias donde ya tienen expositores de distintas partes del mundo y allí es donde trato de concentrar la compra”.
Escrito por Catherine Vergara en colaboración con Ulises Zavala | Fotos de Ulises Zavala
