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ALIMENTACIÓN MACROBIÓTICA: NUTRIR CUERPO Y MENTE

¿Los carbohidratos son verdaderamente nuestro peor enemigo?

Desde ya hace un rato que venimos oyendo sobre la alimentación macrobiótica, principalmente porque muchas celebridades han reconocido seguirla.

Hoy en día, en un mundo moderno donde la imagen es protagonista y aumentan las enfermedades degenerativas a causa de los malos hábitos, las personas buscan -con insistencia- alternativas para mantenerse esbeltas y saludables.

¿LA DIETA ES UNA MODA O UNA NECESIDAD?

A diario las redes sociales bombardean con un sinfín de dietas de moda. La vegetariana, crudi-vegana, la alcalina, la pioppi, la ketogénica y la de los batidos, son algunos ejemplos. Sin considerar la infinidad de opciones holísticas que se suman.

Al mismo tiempo, estamos sufriendo la ferviente invasión de los “sin”: sin gluten, sin lactosa, sin azúcar, sin sodio, sin grasa, sin leche, sin levadura, sin proteína, que -en lo personal- considero solo sin gracia.

Entre tanta oferta, lo único claro es que es difícil elegir y muy fácil perderse. De hecho, algunas de estas dietas se contraponen totalmente entre sí.

La buena noticia es que la macrobiótica lejos de ser un régimen alimenticio es más bien un estilo de vida y cada vez gana más adeptos.

ORIGEN DE LA DIETA MACROBIÓTICA

Desarrollada en 1920 por el filósofo japonés George Ohsawa, plantea que comer de manera simple, sana y en porciones justas permite estar en paz física, mental y espiritualmente. Así, el individuo logra una vida plena, despliega su máximo potencial y vive en armonía con la naturaleza.

NUTRIR CUERPO Y MENTE

Macrobiótica, del griego “Gran Vida”

Bajo estas premisas, esta técnica de evolución personal ayudaría a comprender y asumir con entereza las vicisitudes de la vida. Es algo así como el yoga de la alimentación.

Basada en el principio taoísta de equilibrio del Yin y el Yang (femenino y masculino), estas dos energías son opuestas, pero se complementan entre sí.

Ambas unidas constituyen la manifestación del “uno” y del “todo”, base de las leyes de la vida en la tradición oriental. En ella, la alimentación, medicina y espiritualidad están enlazadas.

MÁS QUE MERA ALIMENTACIÓN

La mal llamada dieta macrobiótica está inspirada en el equilibrio. Los múltiples beneficios que la doctrina asegura brindar la han convertido en una alternativa para quienes apuestan por un enfoque integral.

El antropólogo alemán Ludwig Feuerbach afirmó que:

“somos lo que comemos”

y la macrobiótica opina igual. Considera que el proceso de asimilación de nutrientes alimenta cada célula del organismo. Por ende, una ingesta que represente un esfuerzo digestivo fatigará al organismo hasta enfermarlo.

¿QUÉ COMER?

Por eso, plantea comer o beber solo cuanto se tiene hambre o sed y defiende una alimentación meticulosa basándonos en productos orgánicos, tales como frutas, hortalizas, algas, legumbres, cereales y semillas.

Estos deben ser de la temporada y cultivados en las cercanías del lugar de consumo, pues considera que la naturaleza provee lo que se necesita en el momento determinado.

Asimismo, prioriza la ingesta de los carbohidratos complejos, evita las grasas y suprime azúcares, químicos y alimentos procesados.

En fin, permite la ingesta de sal marina e infusiones en pequeñas cantidades, de pescado fresco y mariscos una vez por semana, y un huevo fertilizado cada diez días.

ALIMENTOS PROHIBIDOS

Por el contrario, rechaza tajantemente el consumo de café, carnes en general, lácteos, tomates, berenjenas, patatas, frutas tropicales, zumos, especias fuertes, picantes, azúcares, levaduras y agentes que gasifiquen los alimentos.

BENEFICIOS

Llevar una dieta macrobiótica balanceada es tan beneficioso para la salud cualquier dieta rica en fibra y vegetales, que reduce el consumo de grasas y alimentos procesados.

No obstante, para que sea favorable es indispensable consumir alimentos variados que aseguren un adecuado aporte de nutrientes. Por eso, fundamental que consultes a un especialista antes de empezar este nuevo estilo de vida.

SEGUIDORES FAMOSOS

La primera celebridad en revelar que había optado por la macrobiótica fue la actriz Gwyneth Paltrow, quien se declaró su principal adepta.

Posteriormente, las súper modelos Gisele Bündchen y Naomi Campbell; los cantantes Paul Mc Cartney, Madonna y Alejandro Sanz; y los actores Richard Gere y Joaquin Phoenix reconocieron haber sido seducidos por esta doctrina.

SUS DETRACTORES

Por desgracia, no todos coinciden con sus beneficios. Sus opositores la consideran restrictiva y arguyen que la una ingesta deficiente de nutrientes elementales, como el hierro, el calcio, las vitaminas A, D, C y las del complejo B, pueden causar graves daños a la salud.

A su vez, el alto consumo fitatos -contenidos en semillas y cereales- inhibe la absorción de los pocos minerales presentes en los alimentos que acepta la macrobiótica.

Como consecuencia, se podría comprometer el estado físico. A corto plazo, la persona siente agotamiento corporal y mental, dolor en las articulaciones, somnolencia, desmineralización dental, entre otros.

Luego, podrían aparecer enfermedades como la deshidratación, que puede alterar la función renal; la anemia ferropénica; el escorbuto; la hipoproteinemia; la hipocalcemia, que con los años deriva en osteoporosis; e incluso puede ocasionar desequilibrio emocional.

Finalmente, si te gustó esta propuesta y quieres sumarte a la macrobiótica, te invitamos a acudir a un especialista para que te oriente y a conocer diferentes recetas aquí.

https://www.youtube.com/watch?v=S7onChudxk8

Escrito por Fabiola Basualto M.

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