Ha sido una semana ocupada y, como todos sabemos, las elecciones para el nuevo presidente estadounidense terminaron con la derrota de Trump y el ascenso del exvicepresidente de Obama: Biden.
Junto a ellos también se produjo el paso del cetro de primera dama de Melania Trump a Jill Biden.
Jill es profesora universitaria, graduada, con un doctorado en educación.
Enseñó en Northern Virginia Community Collage mientras su esposo fue vicepresidente durante los ocho años de la administración Obama.
Incluso ahora, que ha pasado de diputada a presidenta, dice que quiere seguir con su trabajo. En sus palabras: Enseñar no es lo que hago, es lo que soy.
Jill adquiere así el primado de Primera Dama, en 231 años de historia, para mantener su puesto y todos los roles que compiten por el cargo público que ocupa.
Melania Knavas, nació en Eslovenia, en el pueblo de Novo Mesto, en 1970.
Desde los 16 años trabaja como modelo, abandonando la idea de convertirse en arquitecta.
Ha posado para las más importantes marcas de moda y para los más grandes fotógrafos, apareciendo en las portadas de revistas como Vogue, Harper’s Bazaar, Allure, Vanity Fair, Glamour, GQ, Max y Sports Illustrated.
Se mudó a Nueva York en 1996 y dos años después, durante NYFW, conoció a Donald, con quien se casó en 2005, convirtiéndose en la Sra. Trump.
Jill y Melania son dos mujeres completamente diferentes.
Analizando su trayectoria vital vemos una evolución totalmente diferente, pero ambos han llegado a la Casa Blanca y nadie sabrá jamás cuál de los dos se lo merece más. Pero lo que definitivamente podemos juzgar es el estilo.
El vestido de Oscar de la Renta, usado por Jill junto al nuevo presidente de Estados Unidos Joe Biden, en el escenario de Wilmington para la aceptación del mandato, se agotó en pocas horas.
Me gusta el estilo sobrio y relajado de la nueva primera dama.
Pero Melania, que siempre ha estado en el mundo de la moda, primero como modelo, luego como emprendedora y luego como influencer de la casa blanca, sigue siendo la ganadora indiscutible del estilo.
Si la batalla Biden-Trump, en los campos político y masculino, la ganó Biden, en el nivel femenino y de estilo creo que la señora Trump siempre ganará.
Escrito por: Angelica D’amore.