Para el viajero de lujo, ¿qué significa alojarse en una isla privada? ¿pedir permiso para vacacionar en la propiedad de algún multimillonario? No necesariamente, pues alrededor del mundo existen miles de islas que pertenecen a consorcios turísticos, con una infraestructura destinada a ofrecer a los viajeros una experiencia incomparable; como es el caso de las Islas Maldivas.
Ubicado en el Océano Índico, el archipiélago de las Maldivas se compone de unas 1200 islas organizadas en atolones, pero de las que solo 200 están habitadas y, de éstas, más 100 son destinos privados de lujo.
Aunque todas las Maldivas destinadas al turismo tienen sus respectivos encantos, una que destaca sobre las demás se encuentra en el atolón Noonu; ya que alberga el complejo hotelero Velaa Private Island, cuyo nombre significa en el idioma local “Isla de las tortugas”.
Catalogado como “La gran maravilla de las Maldivas” por la Revista Forbes en 2014, Velaa Private Island fue diseñado por el arquitecto checo Petr Kolar, en una fusión de lujo contemporáneo con elementos propios de la cultura de Maldivas, que le ofrece al visitante lujo y confort en estado puro.
Este fascinante Resort se compone de 43 villas privadas, 18 de ellas sobre el agua, y cuatro residencias con dormitorios, además de la Academia de Golf de Olazabal, el parque acuático infantil Lha Velaa Kids Club, seis restaurantes de diversos estilos culinarios, la bodega de vinos más grande del Archipiélago, y el spa de la exclusiva marca My Blend by Clarins; entre otras instalaciones.
Además de todas estas amenidades, Velaa Private Island tiene un tesoro especial que comparte con las otras islas: la naturaleza. Rodeada de un mar cristalino, y con temperaturas de 25 a 27 grados en promedio a lo largo del año, es un perfecto destino para quienes quieran escaparse de todas las rutinas y entrar a un paraíso único en medio del océano.
