Nacido en 1908 en Chanteloup, Seine-et-Marne, Henri Cartier-Bresson (1908 –2004) desarrolló una intensa fascinación por la pintura desde muy joven y, muy especialmente por el surrealismo.
En 1932 descubrió la cámara Leica, que pasaría a ser su preferida, y desde entonces se dedicó por completo a la fotografía, pasión que le acompañaría toda su vida.
Sus fotografías fueron catalogadas como “imágenes a hurtadillas”. Ya que sus imágenes están cargadas de paciencia, y, sobre todo, de momentos únicos que solo podrían haberse retratado si el artista estaba preparado para tomar la fotografía en ese momento justo.
“La tarea de fotógrafo no consiste en demostrar nada acerca de un hecho humano. No somos publicista; somos testigos de lo efímero.”
– Henri Cartier-Bresson
Defensor del fotoperiodismo y de los derechos legales de los fotógrafos, en una época denostados como artistas de segunda o meros retratistas.
Maestro en el juego de luces y sombras, espontaneidad y perspectiva. Son famosas sus fotografías de Gandhi justo el día antes a su asesinato, o los retratos de Picasso o Henri Matisse; así como, las fotografías de casi mil desconocidos, en algún momento de su dia a dia.
“En lo que a mi respecta, hacer fotografías es un medio de entendimiento que no puede separarse de otros medios de expresión visual. Es una manera de gritar, de liberarse, no de probar o reafirmar la propia originalidad. Es un modo de vida.”
Henri Cartier-Bresson
Escrito por Blanca Paola Martinez