WEST VILLAGE: LA JOYA AL OCCIDENTE DE MANHATTAN

Ir a Manhattan no solo es caminar en Times Square o respirar el oxígeno del Central Park. La Ciudad de Nueva York encierra cada rincón que no todos conocen y resulta ser el lugar preferido de muchos. Es cuestión de perder el miedo a visitar lugares que no siempre alojan multitudes.

Por lo tato, si pierdes el miedo, te invito a Greeniwich Village y West Village. Son las zonas bohemias por excelencia, con su toque clásico neoyorquino. En la década de los ochenta se consideraba zona hippie lo que hoy es una de las zonas más exclusivas de Nueva York.

Para disfrutar propiamente de la zona; vale la pena guardar el mapa y perderse para no perder detalle de nada en absoluto. Incluso hay posibilidades de toparse con Sarah Jessica-Parker por el barrio, dicen los trabajadores del área. Hacia donde apunten tus ojos, te sentirás cual director fotográfico de cualquier comedia romántica, incluyendo Sex and the City.

Sin duda, West Village tiene rincones entre los que podrías encontrar uno que más te guste: Probablemente el bar de vinos franceses que tanto has soñado, las mejores hamburguesas del barrio, quizá un punto de encuentro entre el jazz, bebidas y billar (ése es mi rincón), podría ser alguna tienda donde quisieras pasar semanalmente por té y café artesanal para llevar a casa, o tal vez una tienda de de dos pisos que parece un parque de diversiones.

Para una noche divertida:

En plan para disfrutar en compañía con amigos en West Village, una noche perfecta puede empezar cenando en St. Tropez Wine Bar y finalmente el Fat Cat donde seguramente habrá música jazz en vivo y puedes escoger el juego que más le apetezca: billar, ping pong, o juego de tejo. Es una experiencia neoyorquina total, donde lo único que se necesita es una buena compañía.